julio 28, 2009

Oh mi Dios...

He visto películas verdaderamente absurdas. Difíciles de creer, con guiones fuera de lo normal, surrealistas, pero Crank: High Voltage es lo más absurdo que he visto en el año. La primer Crank me pareció de hecho bastante buena, aunque ya bastante jalada (término mexicano para lo absurdo). Este fin de semana pude ver la secuela y resultó un filme inverosímil. De hecho me puse a pensar que hace unas noches en el canal 22 de la UNAM estaban pasando The Holy Mountain de Alejandro Jorodowsky, filme surrealista pero con capas y capas de interpretación, simbolismo y esoterismo. Crank es sencillamente una colección de escenas y actos completamente fuera de contexto. Ni siquiera sé si debería estar reseñándola, porque el guión es un completo desorden. No tiene justificación alguna y hace ver a Statham como una especie de superhombre en un viaje porr ecuperar su corazón mismo que le es extirpado de manera casera, le instalan un corazón eléctrico y tiene que pasar el resto de la peli cargándose de eelcricidad de las maneras más absurdas y ridículas, a través de actos inverosímiles, a veces divertidos y en general de mal gusto. Es una película frenética pero sin el talento de un Terry Gilliam en Fear And Loathing In Vegas o un Larry Bishop en Hellride. Las escenas donde Statham pelea (su fuerte en filmes como el Transportador o War) no son muy buenas del todo y de repente algunos eventos se solucionan de maneras muy forzadas. Intento recordar qué es lo rescatable de este filme y lo único que logro concluir es que Mark Neveldine y Brian Taylor me robaron noventa minutos de mi vida filmando esta basura. Aunque saben qué... si son fans de Statham, (como yo) cometerán ese error de verla, sólo por ver a Statham.
Crank High Voltage apenas recibe una pepsi tibia.

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