febrero 13, 2011

Cisne Negro

Había pensado tantas cosas al respecto de esta película que quizá por eso no me había dado el tiempo de escribir su reseña, en vista de que tiene un mes que la vi. He sacado tantas conclusiones que decidí finalmente intentar hacer un anásis clásico con los Tres Ejes. El guión, me parece que está muy bien estrucurado, cada uno de los actos nos va llevando de manera consecuente en el desarrollo del personaje principal en una especie de corriente del pensamiento visual que nos mantiene siempre en total suspenso y manejando las apariencias cual si fuese un vistazo tras bambalinas a la mente de Nina (Natalie Portman) para ir viendo progresivamente como su cordura sale por piernas. Siendo muy exigente con el guión creo que debió desarrollar otro poco al personaje de la madre para enfatizar la psique de Nina, sin embargo el guión es realmente bueno. La fotografía no sería lo genial que resultó sin un excelente diseño de producción que se refleja en la realización misma de El Lago de los Cisnes; la recámara de Nina que es un espacio confinado, claustrofóbico y tan aprisionante como su mente, así como lo extenso del escenario donde busca escape a través de la liberación del lado oscuro de su ser, que lleva a una parafrasis entre la obra y la vida de Nina de manera realmente bien ejecutada. La edición consigue unir todos los pedazos de esas fugaces visiones que tiene Nina en su transubstanciación, bastanrte literal, del cisne blanco al negro logrando que el espectador, paralelamente el del ballet y el del filme, se sienta atraído hacia el obvio mas escénicamente elusivo desenlace de ese frenético viaje que fue prepararse para la noche de estreno bajo las candilejas con la responsabilidad de ser la Prima Ballerina. Me gustan mucho los filmes que muestran la fragilidad de la mente humana y como cuando se rompe ese débil balance pueden las personas convertirse en seres salvajes, seres hechos de pasión pura, el arte convertido en carnaval como de antaño bajo el canon clásico de Victor Hugo, Flaubert o Galdós. No es un filme artístico, su edición estábastante diluída para llegar a audiencias masivas (y quizá echarse un premio de la Academia al bolsillo) y el final lo demuestra. Sin embargo es en verdad una película digna de verse y disfrutarse, aún si no llega al nivel de cuando leemos, por decir un ejemplo popular, a un Cumbres Borrascosas.
Black Swan recibe unos nachos con queso y una coca bien fría.

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