octubre 31, 2007

Boli

Crecí comiendo bolis a la salida del kinder, y de la primaria (para cuando entré a la secundaria mi ya muy languideciente gusto por lo dulce había desaparecido por completo), había de una docena de sabores pero los de leche eran mis favoritos. Hasta donde yo sé, los bolis eran preparados por los señores que con su carrito de helados llegaban a la escuela a venderlos. Cuando me fui al DF allá descubrí que se les llama congeladas y la palabra boli resultaba risible (y de hecho, si lo pensamos, lo es). Regresé del DF (aún sin consumir dichos productos, que ya no apelan a mi antojo) y me encontré con que en la Chula la cosa está ya industrializada. Llegó el Bon Ice a acaparar el mercado y asumo que a dejar sin chamba a muchos paleteros ambulantes. Pero lo que es una vergüenza es que saquen al mercado cosas como estas:


El Huevoli es un producto basado en estas caricaturitas vulgares (y populares). En mercadotecnia hay niveles de productos, que la vaca, la estrella, el perro... este es el mojón.


El Boli Güey (y hasta la diéresis le pusieron) es el último producto que me parece una completa estupidez ¿o será que yo estoy mal? pensando que siguen siendo productos para niños de kinder como yo lo fui. La verdad no me imagino diciéndole a mi mamá a mis 4 años "¿me compras un boli güey?"

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