Silence Is Golden

La mejor mañana que he tenido en años sucedió hoy primero de enero. Desperté a eso de las 8 de la mañana y fue cuando lo noté, llegó sorpresivamente y por un momento pensé que algo andaba mal. Como cuando despierta el personaje de Cillian Murphy en 28 Days After ¿acaso ha llegado el holocausto zombie? ¡no! Lo que sucede es que no hay un sólo sonido en el ambiente. Cero RUIDO. Calma chicha.

Me da pena ver que la mayoría de las personas no se dan cuenta de lo terrible que puede ser la contaminación auditiva, para mí fue el paraíso poder despertar sin escuchar al gasero con su espantoso perifoneo, a los carretones de basura con su estridente campanita, a la gente con su música a todo volúmen, los autos mal afinados con su terrible rugir de pistones oxidados, las motocicletas con sus escapes vibrantes y nefastos, el simple hecho de no escuchar ese murmullo de gente que en lugar de hablar grita, puertas azotandose, cosas cayendo al suelo, perros descuidados y abandonados en algún patio ladrando.

Me duró muy poco, el ruido invade paulatinamente el mundo. Pero por espacio de una hora y media fui realmente feliz. Lleno de silencio que me permitió escuchar prístinamente mis pensamientos, y es que cuando te invade el silencio, es cuando mejor puedes escucharte, a tu corazón, a tu espíritu... y a todo aquello que podríamos escuchar con claridad de no haber ni un sólo ruido. Elocuencia a través de la ausencia total de sonido. Un día de estos habrías de intentarlo y no prender la TV o la radio ¿o te da miedo encontrarte con tus propios pensamientos y reflexiones?...