mayo 26, 2008

Welcome back Dr. Jones

El evento fílmico del año se supone sería Indiana Jones and the kingdom of The Crystal Skull, las espectativas eran muchas, todas las portadas de las revistas desde fines de abril comenzaron a mostrar el fedora, el látigo y en mayo el rostro de Harrison Ford estaba en un buen porcentaje de las portadas. Yo permanecí escéptico, Indy es un personaje legendario, debería de haber permanecido como un ícono... me presenté en el templo cinematográfico esperando una película comercial, dirigida a "las nuevas generaciones" (término eufemístico que se refiere a la gente que ya no le gusta el cine, sino ir al cine), sí, había leído que la producción estaba hecha "a la antigüita" sin abusar de efectos digitales y sin cámara digital (para coraje de Lucas) para preservar el feeling de las originales. No me considero hard core fan, pero sí vi cada una de las tres anteriores en ese recinto sagrado del cine.
Después de los comerciales (signo inequívoco de que el cine ha decaído) apareció el logo de Lucasfilm, y Paramount. La peli comienza normal, estableciendo el tiempo cronológico. Repentinamente estamos en el Hangar 51, el año es 1957...

El guión es muy bueno, y como mencioné en la reseña del principe Caspian, no intenta ser más espectacular que la anterior. Retoma simplemente al personaje, nos presenta la iconografía y nos lleva en unos poquísimos minutos al lugar donde está guardada en una caja el Arca de la Alianza. La fotografía recupera las tomas de las primeras tres, no intenta ser demasiado presuntuosa o espectacular. Es genial ver los movimientos clásicos cámara que tanto vi durante mi niñez. La edición increíble, mantiene el ritmo incluso cuando sobrevienen las escenas donde el Dr. Jones nos está explicando todo aquello que necesitamos para entender la narración. John Williams nos regala un abanico musical que nos lleva a la sala de cine de hace 20 años y aun si viejo, Harrison mantiene el mismo charm del personaje. Incluso la bella Marion Ravenwood sigue siendo la misma impetuosa y bella mujer, digna de Indy. Qué puedo decir de Mutt Williams... eran unos zapatos demasiado grandes para el pequeño Shia LeBeouf. Sin embargo, no resulta un fracaso como personaje.

Es así como mi visita al Templo Cinematográfico me ha dejado con uno de los mejores sabores de boca. Me senté sin pretención alguna, a disfrutar como cuando era niño de cine clásico, sólo para diversión. Y salí con algo más.
Indiana Jones and The Kingdom of The Crystal Skull (el peor título de todas) recibe una coca fría grande con nachos y queso extra.

1 comentario:

Luis Alvaz dijo...

Creo que a pesar de que disfruté la película, no me quedé con tan buen sabor de boca. Quizá sólo por la edición, y por las secuencias de acción, puedo decir que la película es agradable; sin embargo, para mí nada de esto justifica que se haga un uso indiscriminado de eventos históricos erróneos, para desembocar en una trillada historia de "extraterrestres" (aunque para no llamarlos así ahora son seres que viven en otra dimensión).
A lo que voy, es que a pesar de ser una ficción, la continúa mezcla de eventos y hechos históricos (mayas, quechuas, aborígenes del amazonas, incas, etc.) con situaciones geográficas igualmente disímiles (nazca e iguazú), podría resultar entretenido; pero es algo que no puede pasarse por alto cuando este cine tiene una audiencia inmensa.
Tú mismo hablas de la gente que le gusta el cine, y de las malas audiencias en México, pero el que manejen una historia así, para gente que no conoce el pasado del suelo que pisa, pues me parece algo lamentable.
Me reí bastante cuando el Dr. Jones le cuenta Mutt (el mocoso con look de James Dean), que sabe hablar el "dialecto" (lo llama así cuando es una lengua) quechua porque le enseñaron cuando estuvo con Pancho Villa. Es bueno saber que Villa y sus dorados eran políglotas, je.
Y para terminar, el trabajo de John Williams solamente consistió en variar un poco el tema de esta saga (que de hecho musicalmente hablando es de las más pobres que ha compuesto).
Bueno, quizá mi crítica omitió varios detalles, que quizá algún peruano indignado hará con mayor sigilo.
Saludos