marzo 28, 2009

The only place I get hurt, is out there...

A manera de apología, creo que esta reseña se verá influenciada por el hecho innegable de que adoro la Lucha Libre. No particularmente la estadounidense, aunque también la veo, sin embargo eso debe afectar mi percepción. Bien, acabo de ver The Wrestler, bien traducida como El Luchador. Comenzaré con el guión, es una historia sencilla, narrada en orden cronológico sin muchos actos, con giros sencillos... sin embargo nos presenta unos cuantos meses en la vida de Randy "The Ram" Robinson y nos enteramos del drama que es la lucha libre, y la menguante carrera de una estrella hoy acaecida. El personaje es entrañable, precisamente por la sencillez en que es presentado, mucho de ello tiene que ver con el señor Mickey Rourke quien sin gesticular o exagerar la actuación nos provoca instantánea simpatía y empatía. El guión es simplemente genial. La fotografía es sobresaliente, usa ángulos y encuadres similares a los usados en la transmisión de la luchas y en ocasiones pareciera un documental que sigue al personaje a todas partes. La vida del Ram es un eterno pasillo que lleva al ring. Excelente. Luego tenemos la edición, el ritmo que le imprime a cada acto es preciso, rápido en las escenas de lucha, apaciguado en las escenas del drama. La cámara no está estática, aún si hay tomas en donde sutilmente se hacen paneos. Tiene muchas escenas que duran varios minutos, sin cortes, que nos transmiten emoción y crean metáforas visuales maravillosas. Sí, me encantan las luchas, me gustó muchísimo ver una historia de luchadores... sin embargo, el filme está hecho con mucho cuidado al detalle, comenzando por el guión. Es una gran película, hay que verla si nos gusta el Cine, con C mayúscula.
The Wrestler recibe nachos con queso extra y una coca fría.

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