marzo 10, 2010

Dos Mil Treinta y Turd

Maqroll pensó "conozco pocas, muy pocas pelis de SciFi mexicanas sin contar las de Clavillazo y del Santo... démosle un chance a esta" Así que entré a la sala y fue una verdadera sopresa encontrarme con un diseño de producción plano como tortilla y de profunda simpleza. La textura del filme intrincada como sistema digestivo de pollo y caracterizaciones tan tridimencionales como una manchita en piso de mi cocina. El guión cuenta una compleja historia que trata de nada, con rasgos que no llegan ni a un estereotipo y se quedan más como en ocurrencias comunes. Eso de que un partido asume el poder y para sojuzgar al pueblo lo hace quitándole la religión, creando como consecuencia que el pseudo-líder de los "rebeldes" sea un cura que hace mucho más que el verdadero jefe de la resistencia, que no resiste pero cómo aguanta. Además, el gobierno tiene un trato con un Dr. Simi que crea un producto, el Nopaltec, que ataruga a la gente (más barato que gastar millones en sueldos de futbolistas y transmisiones de partidos, eso sí) y la mantiene sin levantarse en motín colectivo, para lo cual no hay verdadera razón porque la sociedad se supone que ya es perfecta. Total que al final... esperen ¿cuál final? ¡no tiene final! de repente a media secuen- escena, hay un fade to black y salen los créditos. Ahí es donde gritas tu leperada favorita y te preguntas ¿¡eso fue todo!?... y me pregunto si vale la pena analizar la foto, y la edición para darle una calific


1 comentario:

nanandoza dijo...

Hay nufo...pero como te atreviste a ver esa peli... si desde los cortos en el cine se veia bien chafa y sin historia. Por ahí me comentaron que maki dio ideas para guión..imaginate el churro! jijiji