diciembre 13, 2007

Ya no me da tristeza

El escritor y editor Ruy Xoconostle Waye publicó en su blog de Toque de Queda un post interesante donde hace una crónica de lo acontecido este 12 de diciembre en un festival de letras. Esto viene a colación en mi caso por el post que hice sobre las cifras que da la OCDE en al aprovechamiento estudiantil en México. Yo no puedo presumir, ni siquiera echando mentiras como hace la mayoría, de ser lector de toda la vida. Si leo es porque estuve unos años en la facultad de Letras Hispánicas en la Universidad Autónoma Metropolitana y ahí me enseñaron a leer por fuerza. He llegado a la conclusión de que es ya la última y única manera de que el mexicano lea. Por la fuerza. Pero los profesores que tenemos hoy en día no lo llevan a cabo, quizá porque ni ellos mismos leen. Lo que no siempre es su culpa ya que es muy complicado si las escuelas están abarrotadas.
Ese es el punto al que quería llegar. La educación en México tiene un grave problema, hay demasiados alumnos. En mi opinión un grupo de más de 30 alumnos es ya inmanejable. El aula promedio en México tiene 50 alumnos, llegando a excesos de sesenta y pico. Con razón el aprovechamiento está por los suelos. Sumemos que la administración de la escuela tiene que lidiar con un promedio de 5 grupos por grado, y que meten primaria, secundaria y preparatoria en un mismo inmueble. ¿Ven por dónde voy? es imposible administrar tanta gente, aunque es por supuesto un gran negocio. A veces tenemos profesores realmente mal preparados, en ocasiones no tienen ética, pero la mayoría de las veces simplemente los hemos vencido a base de saturarlos con tantos pupilos que además ya no vienen muy educados que digamos de sus casas.
La educación en masa ha logrado que el nivel sea el más bajo en latinoamérica, la educación en masa nos tiene sin leer. Y si nos encontramos de repente sin nada qué hacer ¡Oh Dios! Hay que encender la TV porque estar sin hacer nada es ABURRIDO y eso es malo, muy malo. Imagínense si tuvieramos que reflexionar un poco, tomarnos 10 minutos sin "hacer nada" excepto PENSAR...
Y así como la coca cola llega al último pueblito de la sierra, y ahí hay una repetidora para que lleguen las telenovelas de Televisa, seguro habrá una escuelita que bajo el mismo método de distribución y penetración masiva está haciendo su labor educativa en masa. La escuela es ya también un producto de consumo masivo, con el mismo beneficio de una bolsa de Sabritas.

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