marzo 22, 2008

Creepy

Uno de los lugares que me parecen realmente siniestros es el baño público. No soy un individuo que visite baños que no son exactamente el de mi casa, sin embargo cuando me veo en la necesidad de ir a uno es una experiencia que a veces puede convertirse en una muy tenebrosa. Sobre todo si son de esos subterráneos, que tienen varias vueltas de esquina, espejos que muestran ángulos bizarros y que tienen luces parpadeantes. No todos conjuntan esas características, pero siempre tienen por lo menos una. A menos que sean de esos chiquitos donde nomás caben dos personas. ¿Acaso será una fobia? He entrado a baños públicos salidos de una novela de Stephen King, o de guión de Wes Craven, donde lo único que falta es el asesino (o monstruo) que sale de uno de los cubículos para matarte o desaparecerte. Quizá nadie ha notado que algunos parecen trampas, con vueltas, recovecos, puertas... ¿por pudor? Si los hombres podemos pararnos a orilla de carretera a orinar ¿para qué entonces diseñar un baño laberíntico...?

1 comentario:

Luis Alvaz dijo...

Pregúntale a Manu sobre el baño del café "Macondo"... la verdad es el baño más escalofriante al que he entrado, sobre todo por la noche.
Saludos.