marzo 08, 2008

Estudiante

Ahora que soy profesor curiosamente estoy haciendo todo aquello que mis profesores, cuando yo era alumno, me decían a mí y mis compañeros que teníamos qué hacer ¡y por gusto!. Y es que ser pupilo es la posición más cómoda que hay, no tienes por qué hacer una gran cantidad de cosas. Punto. Todas aquellas niñas ñoñas que hacían todo lo que les decían realmente se perdieron de la esencia de ser alumno, el carefree. Bien dice el Chef de South Park "niños hay un lugar para todo... y ese es la universidad". Recién llegado a la ciudad de México vi que la universidad era ese lugar donde podías no tanto hacer lo que quisieras, sino dejar de hacer lo que deberías de hacer. No existía compañero, con excepción de las ñoñas antes mencionadas, que terminara la carrera en el tiempo exacto que duraba la misma (12 trimestres), ir a la uni era darte el lujo (del que yo abusé, lo que es la exageración nociva del carefree) de repetir una materia nomás porque el profe te caía mal, podías bien reprobar una de las tres veces que te era permitido hacerlo nomás porque te daba una hueva tremenda leer todos los capítulos del Amadis de Gaula (el truco universitario era leer salteado un libro). Ser alumno es precisamente que el profe te diga que tienes que leer La Lozana Andaluza para poder comprender el contexto histórico-cultural del siglo XVII y tú lo leas salteado sin entender completamente su contenido pero con el conocimiento suficiente para hacer un comentario enteramente comprensible en el momento justo.

Me siento muy feliz de poder dejar de ser un zángano indiferente, libre de un sistema que trae como consecuencia dicha actitud (que disfruté en su momento) y que puedo tanto disfrutar de aprender a través de la enseñanza, haciendo todo lo que me recomendaban hacer pero que no hacía por ser estudiante. Podrán tener sus opiniones al respecto, quizá porque fueron (o son) ñoños, pero una de las razones para no hacer lo que nos dicen (por ejemplo, lean el periódico) es porque el estudiante es un infante mental (y lo digo sin que sea una connotación negativa), de ahí mi uso de la palabra Carefree. Es un estado hakunamatatezco "sin preocupaciones".

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