
En México desde que estamos en la escuela primaria nos enseñan que la persona en descubrir el continente americano fue
Critóbal Colón. Un genovés radicado en España que tenía la idea, según nos enseñan, de
buscar un pasaje más
expedíto a las Indias para poder establecer rutas de comercio. Esta entrada no pretende poner en duda las razones por las que Colón emprendió el viaje, según cuenta la leyenda, con dinero que salió de las joyas de la reina Isabel de España. Lo interesante es que Colón no llegó a América como continente sino a la isla de
Guanahani, en lo que hoy son las
Bahamas así que siendo muy estrictos no
descubrió América, pero dio pie a dicho
descubrimiento.

Sin embargo hubo otro individuo que llegó antes a América, aunque tampoco al continente, quien fundó la isla canadiense llamada
Newfoundland, o en idioma
vikingo Vinland. Este caballero fue
Leif Ericson (hijo de
Eric el Rojo) y su viaje sucedió en el año 1003, luego de haber viajado por toda noruega,
Inglaterra, Islandia,
Groenlandia y finalmente
Vinland, o
Newfoundland. No es un
descubrimiento nuevo ni mucho menos, esta entrada está sólo para hacer notar, desde el punto de vista de un
mexicano, que otro personaje histórico ya había llegado muy cerca a costas americanas mucho antes que Colón y que por alguna razón que desconozco (y que tampoco atrevo a aventurar conjeturar) no nos lo mencionan. Contrastante ya que en los Estados Unidos incluso celebran un día de
Leif Ericson, el 9 de Octubre, justo unos días antes de que en México se celebre el día de la raza (si es que no se le ha cambiado el nombre), donde
conmemoramos la llegada de Colón y la subsecuente
colonización de nuestras hoy extintas razas originales
mesoamericanas.

Me pregunto por qué no hay una difusión de estos eventos en mi país, por qué desconozco si hay estudios serios sobre el origen de
Quetzalcóatl quien se cree fue un
vikingo llegado a las costas de
Tampico, por qué no hay
publicaciones (es decir, información hecha pública) sobre la posible llegada de los Chinos a costas Mayas.
Edmund Husserl en su
Fenomenología plantea que no deberíamos atarnos a planteamientos fijos, que la ciencia como la conciencia es un fluir y que las cosas cambian.
Enseñémosle eso a nuestro anquilosado magisterio... (es una declaración tanto retórica, como irónica).